Celebrando el día de muertos a nuestra muy particular forma, regresa la ya tradicional ofrenda puesta en la plancha del Zócalo capitalino, donde diversas instituciones, universidades, delegaciones, estados, embajadas, etc., brindan su participación y nos deleitan con representaciones características en forma de levantar y presentar dichas ofrendas, manteniendo el uso de los accesorios, materiales y elementos, que ya son conocidos por la mayoría de nosotros, pero que sin embargo es agradable mencionar para recordar la tradición están: el agua, veladoras, copal, flores (principalmente de cempasúchil), pan (el ya tradicional pan de muerto), figuras de cráneos hechos de azúcar (calaveritas), papel picado, frutas, bebidas y alimentos favoritas de los difuntos a los cuales dirigimos o recordamos mediante esta ofrenda, por supuesto se puede colocar fotografías de estos seres queridos; hay que hacer referencia que en estos altares confluyen representados los cuatro elementos.
Debemos destacar que se pueden poner complementos que den aspectos más espirituales y que otorguen aún más valor en calidad artística y cultural, como ejemplo, puedo mencionar, los tapetes de representaciones gráficas (figuras o símbolos) hechas ya sea de maíz, frijol, arroz, lentejas, garbanzos, aserrín, o pétalos de distintas clases de flores.
Sabemos que hoy en día estamos haciendo una celebración mestiza, ya que incluimos cuestiones religiosas (católica) y obviamente prehispánicas. Pero que sin duda son representadas, festejadas y aceptadas de una forma única y particular, como solo nosotros lo sabemos hacer, por tal motivo cientos de extranjeros asisten al país para presenciar, conocer y de alguna manera entenderla, pero sobre todo disfrutarla. Sigamos preservando esta tradición que nos permite hacer memoria de aquellos que ya no están físicamente con nosotros.